Por Iva May, 6 de marzo
Traducido por Rocío López
#movimientodealfabetizaciónbíblicacbt
Los grupos indígenas tienen sus propios dioses. Balac, el rey de los moabitas, aterrorizado de los israelitas, se une con los madianitas y llama a un famoso adivino, Balaam, para que venga y maldiga a los israelitas. Él sabe que él y el dios de su pueblo no están a la altura del desafío.
Balaam entiende «que el propio dios de un pueblo tenía el mayor poder sobre ellos para bien o para mal, Balaam intentó establecer contacto con el Dios de Israel2«. Imagínese su sorpresa cuando Dios le habla: «No maldigas al pueblo, porque bendito es» (Números 22:12). Sin embargo, impulsado por la codicia personal, Balaam ignora el consejo de Dios y continúa su conversación con Balac. Balaam no ganará nada negándose a maldecir a Israel, pero maldecir a Israel promete grandes riquezas. Balaam cree que puede manipular al Dios de Israel para que cumpla sus órdenes.
El burro de Balaam muestra más discernimiento que su amo cuando el ángel del Señor Dios le impide avanzar. Balaam, acostumbrado a las manifestaciones demoníacas, aparentemente no se sorprende cuando el burro le habla (aunque esta vez no es demoníaco).
Con un poco de drama y exageraciones, Balaam construye siete altares y ofrece siete toros y siete carneros (en tres ocasiones) con la esperanza de que el Dios de Israel le hable. Balaam no puede manipular a Dios para maldecir a los israelitas; en cambio, Dios manipula a Balaam para bendecirlos. A través de Balaam, Dios también habla de la venida del Redentor: «Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.» (24:17), -así como acontecimientos futuros-,» Amalec, cabeza de naciones, mas al fin perecerá para siempre» (24:20).
La pregunta surge naturalmente: ¿Cómo puede un Dios Santo usar a un adivino pagano, un hombre que «ama el salario de la injusticia» (2 Pedro 2:15)?
En tiempos pasados, Dios se reveló a Abimelec, rey de Gerar, para evitar que tomara a Sara como su esposa (Gen. 20:6-7). Le habló a Faraón en sueños (Gén. 41:25). Más tarde, le habla a Nabucodonosor, rey de Babilonia, a través de sueños y visiones (Daniel 4). Es Nabucodonosor quien declara la soberanía de Dios sobre los paganos:
«Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?» (Daniel 4: 34-35).
El hecho de que Dios le hable a una persona no siempre significa que Dios tenga una relación de pacto con esa persona; sin embargo, todos sus encuentros muestran que se preocupa por su pueblo del pacto, incluso cuando se dirige a los incrédulos.
Preguntas de la lectura de hoy (Números 22:1 – 24:25):
¿Cuál es la principal motivación de Balaam para entretener la oferta de Balac?
¿Qué entienden tanto Balac como Balaam sobre Dios y su pueblo a través de este evento?