Por Iva May, 15 de marzo
Traducido por Rocío López
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Dios anhela estar en medio de su pueblo. Él le dice a Moisés de un día en que elegirá un lugar entre todas las tribus de Israel para colocar Su Nombre. También advierte a Israel de no redefinir quién es Él y adorarlo de la manera en que los demás adoran a sus dioses: “guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así a Jehová tu Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses.” (Deuteronomio 12:30-31).
El sincretismo es sumarle o restarle a la revelación de Dios de Sí mismo en las Escrituras; está redefiniendo a Dios y reinterpretando la adoración.
Idolatría:
- Disminuye la identidad de Dios como Él se ha revelado a sí mismo en las Escrituras y luego adora esa visión disminuida.
- Imagina que Dios es diferente de lo que Él se ha revelado a sí mismo en las Escrituras y adora esa imagen.
- Reduce la revelación de Dios de sí mismo en las Escrituras al crear un objeto para caracterizarlo y luego adora ese objeto.
Por lo tanto, el SEÑOR le ordena a Israel que destruya todos los lugares de adoración cananeos, para destruir sus ídolos. Él les ordena que apedreen a miembros en sus propias familias y líderes en sus propias ciudades, que intentan atraerlos para redefinir a Dios y reinterpretar la adoración. Incluso deben destruir ciudades enteras entre ellos, si son culpables de idolatría.
Israel debe examinar cada profecía y práctica de adoración a través de la revelación de Dios de sí mismo, su palabra. Las Escrituras son iconoclastas, ya que destruyen representaciones falsas y falsas ideas acerca de Dios. Dios es quien dice que es, y la adoración es como él prescribe. Tampoco está abierto a interpretación o adaptación. Dios es santo, y su nombre debe ser venerado tanto en la creencia como en la práctica.
Además, Dios habla de un día futuro cuando Su Nombre morará en un lugar específico entre su pueblo, y ofrecerán sacrificios allí. “Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros. Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová.” (12:10-11)
El deseo de David de construir un lugar para Su Nombre se origina en esta promesa.
Preguntas de la lectura de hoy (Deuteronomio 10:1 – 12:32):
Mientras Moisés revisa los tratos pasados de Dios con Israel, ¿qué dice él que resume el corazón de Dios hacia su pueblo?
¿Qué comunica Moisés acerca de la alfabetización bíblica y la bendición de Dios sobre su pueblo?