Por Iva May, 14 de marzo
Traducido por Rocío López
#movimientodealfabetizaciónbíblicacbt
Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, (Deuteronomio 6: 10-11):
No te olvides de Dios. Mientras que la esclavitud a los egipcios había causado que Israel clamara a Dios, la prosperidad en la tierra de Canaán puede hacer que Israel se olvide de Dios. La alfabetización bíblica mantendrá viva la gratitud mientras Israel recuerda sus años anteriores de esclavitud y la gran liberación de Dios.
Haz lo que es bueno y justo ante los ojos de Jehová. Las señales de tráfico les recuerdan a las personas que conduzcan de manera responsable; así, la alfabetización bíblica mantiene los justos estándares de Dios ante la gente.
No sigas a los dioses de los pueblos que te rodean. La alfabetización bíblica le recuerda a Israel la impotencia de los dioses de Egipto para evitar su partida.
No hagan ningún tratado con los cananeos y no se casen con los cananeos. La alfabetización bíblica le recuerda a Israel la promesa de Dios de juzgar a los cananeos por su maldad.
Recuerda cómo el SEÑOR tu Dios te guió por el desierto en estos cuarenta años. El hambre le enseñó a Israel que podían confiar en que el Señor satisfacería sus necesidades. Tanto el hambre como la prosperidad son una prueba. El hambre requiere confianza, mientras que la prosperidad requiere gratitud. La alfabetización bíblica le recuerda a Israel tanto la provisión de Dios en el desierto como su estado empobrecido mientras eran esclavos en Egipto.
Moisés desentierra la raíz del olvido: «no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre» (Deuteronomio 8:12-14).
El orgullo construido sobre la prosperidad es el culpable. La gratitud y el recuerdo son disciplinas del corazón y la mente. Alimentarse de la Palabra de Dios, por lo tanto, le recuerda a su pueblo: «para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre» (Deut. 8:3).
Preguntas de la lectura de hoy (Deuteronomio 6:1 – 9:29):
¿A quién responsabiliza Dios de la alfabetización bíblica y qué les exigirá esto?
¿Qué le ordena Dios a Israel que haga al ingresar a Canaán para evitar que caigan en la idolatría?
¿Cómo describe el Señor a la gente que vive en Canaán?
¿De qué fracaso pasado le recuerda el Señor a Israel como una advertencia contra la idolatría?